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El antes y el después de una boda judía

Por Rebeca González
 
En el judaísmo, casarse es más que un acto simbólico.
 
Boda Judia
 
La ceremonia se divide en 2 partes: el “Kidushín” (la consagración a cargo de un rabino, sabio y maestro de la tradición judía) y el “nisuín” (el matrimonio en sí). Se celebra bajo la jupá, una especie de tienda con 4 columnas de flores decoradas, cada una llevada por una persona; su simbología es el hogar de los futuros esposos.
 
Como evento previo, se estipulan los términos en un contrato llamado “Ketubah” firmado por el novio, en el cual se plasman los compromisos y obligaciones de la pareja. Al terminar se rompe un plato, el cual representa el compromiso (es decir, una vez roto no se puede reparar).
 
Los novios no pueden verse una semana antes de la boda, con el afán de incrementar la expectación entre ellos, por lo tanto, al empezar la ceremonia formal cada uno saluda por separado a sus invitados a lo que se le llama “Kabalat Panim”.

 
Al día del enlace se le conoce como “Iom Kipur” (día del perdón), que es el más feliz y santo todos; los errores de la pareja en el pasado, son perdonados para que sus almas se fundan en una sola completamente nueva. Se da la reconciliación con Dios y con el prójimo; se dice que si tal reconciliación se da satisfactoriamente, el año entrante estará colmado de bendiciones y el nivel espiritual se elevará al grado de convertirse en “ángeles celestiales”.
 
Se acostumbra vestir ropa de color blanco para simular el efecto angelical con su apariencia. El novio, normalmente llamado “jatán”, debe llevar cubierta la cabeza con una especie de gorro conocido como “kipá”; su uso es obligatorio en rituales religiosos. Tanto el “jatán” como la “kalá” (novia) ayunan hasta que la ceremonia de boda concluye.
 
Al finalizar, la pareja es cortejada a una habitación privada para celebrar lo que se conoce como el “yichud” (reunión). Los novios se quedan a solas por 10 ó 20 minutos aproximadamente con la intención de que comiencen a experimentar su nueva vida juntos, además de romper el ayuno antes de recibir las felicitaciones de sus invitados.
 
En seguida viene la comida festiva, conocida como “seudá”, donde hay baile, música, malabares y acrobacias. Después de comer, se recita el “Birkat Hamazón” (bendición de los alimentos).
 
Durante toda la semana posterior a la boda, amigos y familia preparan comidas en honor al jatán y la kalá. En las religiones más ortodoxas, la pareja tiene que haber nacido en la religión judía, pero algunas congregaciones modernas aceptan el matrimonio con personas que no están ligadas a esta religión.

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