por Manuel Calderón de la Barca
Uno de los más bellos parajes de la Riviera Maya; ciudad fundada sobre un risco que desafía las aguas, está protegida en tres lados por muros de piedra, y en el cuarto simplemente defendida por el mar Caribe
Tulum, cuyo nombre encierra ecos de misterio, se levanta en uno de los más bellos parajes de la Riviera Maya, allí donde la arena blanca reverbera bajo un sol intenso, los mayas eligieron fundar, sobre un risco que desafía las aguas, una ciudad-fortaleza, protegida en tres lados por muros de piedra, y en el cuarto simplemente defendida por el mar.
La ciudad recibía en la antigüedad el nombre maya de Zamá, que significa amanecer o mañana y el actual, Tulum (muralla), que parece haber sido utilizado para referirse a la ciudad cuando ya se encontraba en ruinas. Por los numerosos registros en murales y otros trabajos encontrados en los edificios de la ciudad, se tiene considerado que Tulum fue un importante centro de culto para el llamado “dios descendente”.
“Tulum Pueblo”, como se conoce al área aledaña a la zona arqueológica, es un típico retrato de las zonas pintorescas de la región donde, a lo largo de la avenida principal, se ubican tiendas de artesanías, así como la actividad comercial del sitio.
La zona hotelera posee pequeños y confortables hoteles; cabañas y villas cuya arquitectura se integra al paisaje natural, con un ambiente bohemio e instalaciones ecológicas combinadas con el lujo de los hoteles de más alto nivel.
Para los amantes de la noche, se ha iniciado un nuevo servicio de recorridos nocturnos con iluminación especial y audioguías en seis idiomas, con la finalidad de difundir en forma atractiva la historia del sitio arqueológico. La información que escuchará el usuario no sólo es la explicación científica del sitio, sino una interesante invitación al recorrido para que los monumentos sean totalmente identificados.